Noticia del 08 de marzo del 2007
Día de la Mujer
Sara Sefchovich
8 de marzo de 2007
En este día que se usa celebrar a las mujeres, es importante hablar del feminismo, dado que se trata de la teoría y la práctica, el pensamiento y la acción, el sueño y la propuesta de vida que revolucionaron al mundo en el siglo XX.
La anterior no es una frase retórica, sino una realidad comprobable. Porque el feminismo significó la crítica más radical tanto a la tradición del pensamiento occidental, con sus presupuestos epistemológicos e ideológicos, como a la estructura del poder establecido en todos los niveles: desde el político hasta el económico, desde el laboral hasta el que se da al interior de la familia.
Y es que el feminismo es una manera de pensar que no puede separarse de una manera de vivir, una forma de hacer política que es al mismo tiempo una forma de vida cotidiana, un esfuerzo que se desarrolla en el ámbito académico y teórico pero también en el de la militancia y la gestión.
Y esto el feminismo lo ha hecho, a diferencia de las demás ideologías que atravesaron el siglo, sin matar a nadie, sin encarcelar o torturar en aras de un futuro luminoso. Las feministas se pusieron a pensar, a debatir, a trabajar, a escribir y a vivir de modo tal que terminaron por afectar y cambiar los patrones tradicionales de relación humana y también de conciencia por puro derramarse sus ideas al resto de la sociedad.
Esas ideas han sido tan significativas que todas las mujeres, participantes o no del movimiento y de la propuesta feministas, conscientes o no de ella, apoyadoras o incluso opositoras de sus principios, las acogieron. Y los hombres también, porque el feminismo no es un asunto sólo de mujeres.
De modo, pues, que no es exagerado afirmar que el feminismo cambió a todos: a las mujeres y a los hombres, a los individuos y a los grupos, a las sociedades y a los gobiernos, a las formas de hacer política y a las instituciones, a la academia y a las maneras de pensar en las ciencias sociales.
Los asuntos centrales que se plantea el feminismo son:
-Transformar la cultura y la política; lograr que millones de mujeres sufran menos y que otras, al interrogarse y cambiar sus vidas, sufran de distinta manera. Modificar el orden doméstico e introducir una nueva perspectiva sobre las relaciones entre los sexos.
-Conseguir la igualdad y el respeto a la diferencia, que no son opuestas como parecería sino necesariamente complementarias.
-Replantearse el cuerpo y la sexualidad, el amor, el deseo, el placer, la reproducción y la maternidad, la ciudadanía y la participación, el poder y el empoderamiento, la identidad y la alteridad, lo simbólico y lo subjetivo.
-Luchar por el derecho a la salud (particularmente la sexual y reproductiva), al trabajo bien remunerado, al respeto de los derechos humanos, contra la violencia en todas sus manifestaciones.
El modo en que se plantean estas cuestiones es:
-Se pasa del yo al nosotras.
-Se considera que lo personal es político.
-Se coloca al género como categoría central, "filtro cultural con el que interpretamos el mundo y la armadura en la que constreñimos nuestra vida", según escribe Marta Lamas.
-Se pretende desconstruir y destruir presupuestos internalizados por siglos.
-Se afirma que no existe "la" mujer ni un "nosotras" las mujeres, pues no es la biología, sino que son las situaciones y las condiciones concretas lo que determina qué es y puede ser cada mujer y, por lo tanto, no podemos atribuir cualidades o defectos a la mitad de la población del planeta. Es la negativa a cualquier esencialismo y universalismo, y en lugar de esto hay una mirada sobre las condiciones específicas de cultura, clase, raza, historia y geografía, situación específica y momento concreto.
-Pero el reconocimiento de esa verdad no obsta para que también se considere importante a la biología en el sentido de lo que ha significado para las mujeres, para su posición en la sociedad.
-Se afirma que las mujeres son agentes activos para transformar las relaciones de poder y para cambiar la naturaleza y dirección de las fuerzas que las marginan. Pero si esta afirmación pudiera ser la de cualquier teoría revolucionaria, lo que la hace distinta es que ella parte de y llega a los niveles básicos de la sociedad: la familia, la vida cotidiana, el hogar, el trabajo, la relación con los otros, con el propio cuerpo y con la propia subjetividad. El cambio no vendrá impuesto desde arriba sino al contrario, desde abajo, rompiendo con los autoritarismos.
Lo anterior es tan importante que explica el impacto que ha tenido el feminismo en las mujeres y en las sociedades occidentales, a las que ha trastocado.
sara.sefchovich@asu.edu
La anterior no es una frase retórica, sino una realidad comprobable. Porque el feminismo significó la crítica más radical tanto a la tradición del pensamiento occidental, con sus presupuestos epistemológicos e ideológicos, como a la estructura del poder establecido en todos los niveles: desde el político hasta el económico, desde el laboral hasta el que se da al interior de la familia.
Y es que el feminismo es una manera de pensar que no puede separarse de una manera de vivir, una forma de hacer política que es al mismo tiempo una forma de vida cotidiana, un esfuerzo que se desarrolla en el ámbito académico y teórico pero también en el de la militancia y la gestión.
Y esto el feminismo lo ha hecho, a diferencia de las demás ideologías que atravesaron el siglo, sin matar a nadie, sin encarcelar o torturar en aras de un futuro luminoso. Las feministas se pusieron a pensar, a debatir, a trabajar, a escribir y a vivir de modo tal que terminaron por afectar y cambiar los patrones tradicionales de relación humana y también de conciencia por puro derramarse sus ideas al resto de la sociedad.
Esas ideas han sido tan significativas que todas las mujeres, participantes o no del movimiento y de la propuesta feministas, conscientes o no de ella, apoyadoras o incluso opositoras de sus principios, las acogieron. Y los hombres también, porque el feminismo no es un asunto sólo de mujeres.
De modo, pues, que no es exagerado afirmar que el feminismo cambió a todos: a las mujeres y a los hombres, a los individuos y a los grupos, a las sociedades y a los gobiernos, a las formas de hacer política y a las instituciones, a la academia y a las maneras de pensar en las ciencias sociales.
Los asuntos centrales que se plantea el feminismo son:
-Transformar la cultura y la política; lograr que millones de mujeres sufran menos y que otras, al interrogarse y cambiar sus vidas, sufran de distinta manera. Modificar el orden doméstico e introducir una nueva perspectiva sobre las relaciones entre los sexos.
-Conseguir la igualdad y el respeto a la diferencia, que no son opuestas como parecería sino necesariamente complementarias.
-Replantearse el cuerpo y la sexualidad, el amor, el deseo, el placer, la reproducción y la maternidad, la ciudadanía y la participación, el poder y el empoderamiento, la identidad y la alteridad, lo simbólico y lo subjetivo.
-Luchar por el derecho a la salud (particularmente la sexual y reproductiva), al trabajo bien remunerado, al respeto de los derechos humanos, contra la violencia en todas sus manifestaciones.
El modo en que se plantean estas cuestiones es:
-Se pasa del yo al nosotras.
-Se considera que lo personal es político.
-Se coloca al género como categoría central, "filtro cultural con el que interpretamos el mundo y la armadura en la que constreñimos nuestra vida", según escribe Marta Lamas.
-Se pretende desconstruir y destruir presupuestos internalizados por siglos.
-Se afirma que no existe "la" mujer ni un "nosotras" las mujeres, pues no es la biología, sino que son las situaciones y las condiciones concretas lo que determina qué es y puede ser cada mujer y, por lo tanto, no podemos atribuir cualidades o defectos a la mitad de la población del planeta. Es la negativa a cualquier esencialismo y universalismo, y en lugar de esto hay una mirada sobre las condiciones específicas de cultura, clase, raza, historia y geografía, situación específica y momento concreto.
-Pero el reconocimiento de esa verdad no obsta para que también se considere importante a la biología en el sentido de lo que ha significado para las mujeres, para su posición en la sociedad.
-Se afirma que las mujeres son agentes activos para transformar las relaciones de poder y para cambiar la naturaleza y dirección de las fuerzas que las marginan. Pero si esta afirmación pudiera ser la de cualquier teoría revolucionaria, lo que la hace distinta es que ella parte de y llega a los niveles básicos de la sociedad: la familia, la vida cotidiana, el hogar, el trabajo, la relación con los otros, con el propio cuerpo y con la propia subjetividad. El cambio no vendrá impuesto desde arriba sino al contrario, desde abajo, rompiendo con los autoritarismos.
Lo anterior es tan importante que explica el impacto que ha tenido el feminismo en las mujeres y en las sociedades occidentales, a las que ha trastocado.
sara.sefchovich@asu.edu
http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/36963.html
Este artículo me gustó mucho y como hoy es el día internacional de la mujer; estas son las mujeres a las cuales admiro de la hitoria y actuales:
JUANA DE ARCO
LA VIRGEN MARÍA
Cleopatra
DIANA DE GALES
LYNDA CARTER
"LA MUJER MARAVILLA"
CRISTINA RICCI
LIV TYLER
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